Érase una vez, una niña pija que vivía en Granada. Le gustaba llevar caperuzas de colores, como era el cumpleaños de su tía María José y su mamá le mando al corteingles para comprarle una camiseta, unos pantalones de premamá y le dio ciento sesenta y siete euros, ella se cogió diez euros mas para comprarse una caperuza se gasto todos los dineros y a su tía no le había comprado nada,
cuando llego a casa le castigo muy duro pero ella no le dolía, nada porque se había comprado otra caperuza. La madre no le gusto nada y le quito toda la ropa que tenía y a ella no le gustaba ponerse popa vieja ni sucia y como la madre sabía que le daba muchísima rabia y le había cambiado la ropa moderna por la que se ponía la madre para las aceitunas en el año mil novecientos setenta y cinco su hermano pequeño que se llevaban seis años y ella tenía diez años ella se peleo con su madre y como llego el cumpleaños de su tía le dio caperuzas que tenía ella y su madre le dijo que tenía que aprender a compartir.
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